gastritis y mundial
"creo que las queretanas me dieron gastritis, no deja de doler, y no puedo comer..."
Todo empezaba la tarde del Viernes, había pospuesto mis cosas para poder irme al CoronaFest, así emprendimos el largo fin de semana, de vuelta a lo básico.
Capítulo 1: 3 en 1
Vamonos, me dijo, asi llegamos a la primera de las tres de esa noche, Nos acabamos la primera botella de tequila y empezabamos con el asqueroso Bacardí, justo cuando nos disponiamos a beber esa vaina, nos retiramos al segundo meeting de la noche, cruzamos toda la ciudad para llegar a la cuna de los niños ricos, (de la cual nos llevamos un recuerdo), ahi fue que me zampé una copa de ron, lo cual me provocó mucho asco, en vista de la porquería de fiesta, fuimos a la tercera, cruzamos la ciudad de nuevo, le dimos la vuelta a la ciudad, para llegar a la peor de las tres, así decidimos caer dormidos en el primer sitio, esas ultimas horas antes de dormir, las recordaré.
Capítulo 2 : Las Chicas Cocodrilo
Despues de salir de aquel lugar nos dispusimos a hacer escalas técnicas en nuestros hogares, el mío se encontraba completamente desierto, me bañe, hice algunas llamadas telefónicas y me largué otra vez, ya me estaba esperando donde habíamos acordado, de ahí hicimos un ahora aproximadamente, era la tercera vez en el año y creo que la ultima que tomabamos la misma ruta con el mismo objetivo. Al llegar encontramos lo mismo de siempre, EL MISMO TIPO DE PERSONAS, EL MISMO TIPO DE LUGAR, PERO TODO ERA DIFERENTE PARA AMBOS, lo pude notar en su forma de hablar, de moverse entre toda esa gente, de verme, quiza eso influyo en que no lo disfrutara como hubiera querido, hacía mucho no intentaba romperle el hocico a dos perfectos desconocidos, cabe mencionar que las dos veces lo hice con el único propósito de defender a mi amigo, lástima que no puedo defenderlo de todo. Ahora que lo pienso no me quiero ir a vivir a Queretaro, no si todas las viejas son iguales.
Lo mejor de todo el pinche fin de semana fue cuando llegamos a su casa a cenar, no me reía tanto desde hacía mucho tiempo, en fin el me salvo de deshidratarme y yo casi me parto el hocico por él, estamos a mano.
Todo empezaba la tarde del Viernes, había pospuesto mis cosas para poder irme al CoronaFest, así emprendimos el largo fin de semana, de vuelta a lo básico.
Capítulo 1: 3 en 1
Vamonos, me dijo, asi llegamos a la primera de las tres de esa noche, Nos acabamos la primera botella de tequila y empezabamos con el asqueroso Bacardí, justo cuando nos disponiamos a beber esa vaina, nos retiramos al segundo meeting de la noche, cruzamos toda la ciudad para llegar a la cuna de los niños ricos, (de la cual nos llevamos un recuerdo), ahi fue que me zampé una copa de ron, lo cual me provocó mucho asco, en vista de la porquería de fiesta, fuimos a la tercera, cruzamos la ciudad de nuevo, le dimos la vuelta a la ciudad, para llegar a la peor de las tres, así decidimos caer dormidos en el primer sitio, esas ultimas horas antes de dormir, las recordaré.
Capítulo 2 : Las Chicas Cocodrilo
Despues de salir de aquel lugar nos dispusimos a hacer escalas técnicas en nuestros hogares, el mío se encontraba completamente desierto, me bañe, hice algunas llamadas telefónicas y me largué otra vez, ya me estaba esperando donde habíamos acordado, de ahí hicimos un ahora aproximadamente, era la tercera vez en el año y creo que la ultima que tomabamos la misma ruta con el mismo objetivo. Al llegar encontramos lo mismo de siempre, EL MISMO TIPO DE PERSONAS, EL MISMO TIPO DE LUGAR, PERO TODO ERA DIFERENTE PARA AMBOS, lo pude notar en su forma de hablar, de moverse entre toda esa gente, de verme, quiza eso influyo en que no lo disfrutara como hubiera querido, hacía mucho no intentaba romperle el hocico a dos perfectos desconocidos, cabe mencionar que las dos veces lo hice con el único propósito de defender a mi amigo, lástima que no puedo defenderlo de todo. Ahora que lo pienso no me quiero ir a vivir a Queretaro, no si todas las viejas son iguales.
Lo mejor de todo el pinche fin de semana fue cuando llegamos a su casa a cenar, no me reía tanto desde hacía mucho tiempo, en fin el me salvo de deshidratarme y yo casi me parto el hocico por él, estamos a mano.
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