28 enero 2006

t.r.o.n.c.h.

El otro día compartía la nublada tarde con mi amigo Francisco en los tacos arabes comiendo con E%%L&&I**S$$A y otra amiga denominada la licenciada Tronch (es tronch por Pamela Tron... bueno no es importante) mientras degustabamos nuestros alimentos muy calmadamente, un automóvil Nissan llegó y se estacionó de manera poco ortodoxa a un lado del lugar (esta marca de carros se estacionan así), el ex-novio de la licenciada salió de aquel automóvil e inmediatamente se apresuró a llegar a nuestra mesa y fue ahí cuando nos pidió que lo acompañaramos a madrear a un cabrón, si, madrearlo, y fuimos hacia el metro patriotismo a madrear al cabrón, si, madrearlo.

Más recientemente, la escena se repitió, es decir, el mismo tipo llegó mientras Francisco y yo compartiamos otra nublada, triste, confusa, pero graciosa tarde, y una vez más nos pidió que lo acompañasemos a madrear a otro cabrón, si, a madrear a otro cabrón, bueno, ya ibamos en camino a madrear al tipo aquel, si, a madrear al tipo aquel, y en esta parte voy a poner la conversación del momento

Moscoso: -ahí está el cabrón-
Valadez: -abaratelo Pancho-
Valadez: -Romay?, qué haces aqui cabrón?-
Romay: -Troncheando-
Valadez: -Ni pedo güey, ya le había dicho que si a este cabrón-
Valadez: -Tu cierra los ojos para que no veas que fui yo -
-PUM!!- -ZAS!!- -WAZZ!- (mas onomatopeyas)

Pinches viejas por eso nadie las quiere.